martes, 19 de octubre de 2010

La historia completa... hasta hoy.

INFORME COMPLETO DE LA CORRUPCIÓN URBANÍSTICA EN MURCIA CIUDAD.

ASALTO A LA GERENCIA
La fecha clave es enero 2001, fecha en que se aprueba el PGOU de Murcia y lo que parecía el final de un largo periplo de tramitaciones, exposiciones públicas, reclasificaciones, tijeretazos y el ir y venir por despachos y pasillos de La Gerencia, de pedáneos, promotores, abogados, arquitectos, ingenieros y conseguidores en general de la cosa urbanística, no era ciertamente el final, sino el principio de una nueva era para La Gerencia.


Digamos que la nueva era empezó incluso antes de 2001 con la destitución del Jefe de Servicio de Planeamiento Urbanístico, el arquitecto Pedro Pina por decir alto y claro lo que pensaba del nuevo PGOU, sus críticas no sentaron nada bien a los principales artífices del PGOU, el Concejal Sánchez Carrillo y el todopoderoso Secretario General, Valenzuela (qepd) y Pina fue fulminado de inmediato, dejando su plaza de libre designación a disposición de los poderes fácticos municipales que colocan a un joven arquitecto, Joaquín Peñalver jr. recién llegado y muy bien apadrinado por su padre J. Peñalver, arquitecto municipal aunque nunca pisó el Ayuntamiento y el Secretario Valenzuela.

Era la época de Ginés Navarro en la Concejalía de Urbanismo y de Pedro Morillas en La Gerencia y mientras Navarro no se enteraba de casi nada, Morillas a las órdenes de su dueño y señor Valenzuela tejía y destejía las entrañas del PGOU discreta y eficientemente junto a sus futuros socios y aliados de Epypsa, responsables del PGOU y encargados de parte de su desarrollo tras suculentas ampliaciones de contratos. Tan suculentas eran las adjudicaciones directas, sin concurso, claro está, a Epypsa, que Morillas deja La Gerencia y se va a trabajar con Epypsa no sin antes haber surtido a sus socios de contratos adjudicados directamente. Ni los responsables municipales, ni la oposición, ni por supuesto el Secretario General, cayeron en la cuenta de que Morillas no podía trabajar con Epypsa hasta dos años después de haber pedido la excedencia como funcionario público en aplicación de la Ley de Incompatibilidades y más aún si se tenía en cuenta su intervención en la adjudicación de contratos a Epypsa. Esta incompatibilidad tampoco le fue aplicada a J. Peñalver jr. por lo que tuvo que ser el Colegio de Arquitectos el que aplicara la incompatibilidad legal al presunto, aunque no así a sus presuntos hermanos, primos, padre, socios y demás familia.

Morillas, discreto y eficiente, trata de justificar jurídicamente el más que sustancial cambio de política urbanística que se iba a dar en La Gerencia aún antes de la aprobación del nuevo PGOU. Este cambio tenía que darse rompiendo la tradición y el respeto que se tenía al anterior PGOU (Plan Rivas) y a su cumplimiento, iniciándose una desenfrenada carrera de modificaciones sustanciales del PGOU que hasta entonces, con el PSOE fundamentalmente, se habían mantenido mas o menos controladas bajo la supervisión y dirección de Manuel Rivas Piera, con quien se consultaban las más importantes decisiones urbanísticas. Algún día los murcianos deberán reconocer públicamente lo que la ciudad de Murcia debe a Rivas Piera, el señor de Barcelona que dibujó el PGOU sobrevolando en avioneta el municipio –según dicen los huertanos-.

La escalada de modificaciones que prostituyen el PGOU y convierten la Gerencia en una especie de casa de citas, tiene su punto álgido, en las modificaciones de los cuatro grandes polígonos de Equipamientos Colectivos que el Plan Rivas preveía: Zaraiche, Atalayas e Infante Juan Manuel, que en virtud de unas mas que dudosas interpretaciones jurídicas, pasaron de ser por arte de birbiriloque polígonos donde se permitían los usos comerciales, oficinas, exposiciones de automóviles y otros usos que nada tenían que ver con el concepto y definición que el PGOU establecía para los Equipamientos Colectivos. Ni que decir tiene que los terrenos habían sido previamente comprados por cuatro perras por conocidos especuladores a los propietarios-agricultores bajo la advertencia de que no valían nada porque solo se podían hacer equipamientos. Se trata de los polígonos conocidos por todos, donde se construyeron los grandes centros comerciales, concesionarios de automóviles, torres de oficinas y los Pricas, Continentes, Carrefures y cia. Especial mención merece el cuarto polígono de equipamientos, conocido como Zig-Zag, porque este polígono estaba destinado a usos deportivos públicos-municipales y que una vez que cae en manos de los especuladores, como el resto, es reconvertido primero para permitir el uso hotelero, decían que iban ha hacer un Sheratón y después para centro de ocio. Operación que por cierto aún no ha terminado, porque recientemente el Ayuntamiento está tramitando una nueva modificación para reconvertir el centro de ocio en oficinas y comercios. ¡El rayo que no cesa!

La decencia urbanística se pierde definitivamente con la modificación que se hace del PGOU para permitir la urbanización de Mosa Trayectum en Baños y Mendigo, se rompen por primera vez los principios urbanísticos del PGOU respecto a las urbanizaciones autónomas o desvinculadas del resto del territorio municipal, que se habían mantenido por todos los gobiernos municipales y se da rienda suelta al desmadre urbanístico.

Pero no solo Morillas se va con la bolsa llena, antes de él su predecesor y mandamás de urbanismo durante muchos años, el arquitecto Garaulet también se había pertrechado bien el zurrón antes de abandonar La Gerencia, no se va de vacío, se va porque su “cartera de pedidos” encargos profesionales, proyectos, sociedades, solares, firmones y otras menudencias es tan abultada y comprometida que la situación de incompatibilidad con La Gerencia es sencillamente insostenible e insoportable. Los proyectos firmados tras su salida de La Gerencia dan testimonio de todo ello, entre ellos los de los ilegales edificios del Hotel Nelva y el edificio de La Opinión, que tuvieron que ser legalizados con el nuevo PGOU por encontrarse en zona de equipamientos colectivos.

EVITEMOS DISPUTAS PÚBLICAS
La destitución del arquitecto P. Pina primero, la dimisión o cese del concejal Ginés Navarro después por sus desavenencias con el alcalde Cámara por el asunto Nueva Condomina y la huida del gerente Morillas de La Gerencia, supone el asalto definitivo a la misma y la colocación de los peones necesarios para su instrumentalización tanto por el entonces secretario Valenzuela como por el todopoderoso concejal y promotor inmobiliario Sánchez Carrillo que es el que realmente maneja los hilos de La Gerencia desde la sombra y desde los altos cargos que desempeña en la dirección local y regional del PP, tanto como recaudador como hacedor de listas electorales. Demasiados conflictos de intereses, que además se ven acentuados cuando se descubre y se hace público que Sánchez Carrillo es además socio de Polaris World y Consejero de Tomás Maestre en el polémico asunto de Puertomayor en la Manga del Mar Menor donde por cierto nunca se supo si cobraba por ello y si cobraba ¿donde ingresaba sus honorarios profesionales, en su cuenta corriente o en la del partido?.

Pero volviendo a La Gerencia y los nuevos peones, el joven arquitecto Peñalver es designado digitalmente Jefe del Servicio de Planeamiento Urbanístico, el puesto técnico de mayor poder en La Gerencia, Pilar Mejía es nombrada concejal florero de urbanismo a las órdenes de S. Carrillo hasta la llegada del nuevo concejal Berberena y un ambicioso funcionario es nombrado nuevo Gerente de Urbanismo, Alberto Guerra.

Difícil resulta precisar si los lobos pusieron a los corderos, si los corderos eran mas bien lobos o si lobos y corderos eran la misma cosa, la cuestión es que los cazadores habituales que merodeaban el corral antes y después, entran a saco a La Gerencia.

Los merodeadores habituales, tipo Pepe Ibáñez con su arquitecto a sueldo, el de la estatua de Alfonso X en el tontodromo, siguen teniendo acceso directo a los despachos de La Gerencia donde nadie sabe como llega a conseguir miles de encargos de proyectos de obras en la capital, pedanías y huerta, la cosa no parecía haber cambiado para él, lo que solo se explica si sus “contribuciones” en el caso de que las hubiera, a algún alto cargo se mantenían al mismo nivel.

Otros grandes merodeadores, de los que compran suelo, especulan, recalifican, aumentan aprovechamiento urbanístico milagrosamente e incluso gestionan suelo, mantienen su nivel de trapicheo e influencias, son los Gatopardos, los del que todo cambie para que nada cambie.

BERBERENA
La Gerencia empieza a funcionar con tres patas y media, la número 1 es naturalmente el concejal de urbanismo Fernando Berberena, la número 2 el gerente Alberto Guerra, la número 3 el jefe del servicio de planeamiento urbanístico Joaquín Peñalver jr. y entre bambalinas la número 3 y medio el subdirector técnico y arquitecto Ángel Lajarín el hombre de Tecón y otros muchos más del que nos ocuparemos en otro momento.

Al número 1, Berberena, de entrada solo le interesa que salga para delante el proyecto que había iniciado para Joven Futura con sus socios y amigos los Zamora, los Belandos y otros, proyecto que, entre la compraventa de los terrenos y los honorarios de gestión de la Cooperativa reportan al grupito de socios un monto del orden de 1.500 millones de pesetas sin riesgo alguno, mucho dinero a repartir entre Berberena y sus socios gerentes como para preocuparse de otros chanchullos más o menos importantes. Para eso eran necesarios naturalmente los informes favorables de Peñalver y la preparación del camino por parte del gerente Guerra. Berberena, a cambio cierra los ojos y deja hacer a sus segundos.

Pero a Berberena le crecen los enanos y tiene que preocuparse también de otras cosas, una personal que es que no le hagan un edificio de 8 plantas los de la Agencia Tributaria de Hacienda delante de su casa en la vieja Cárcel, circunstancia que le echan en cara sus vecinos del edificio de al lado que se encuentran con que de la noche al día Asisa-La Vega empieza a levantar delante de sus narices un edificio de 8 plantas para ampliación de la clínica donde antes habían pistas deportivas de uso público. El nuevo edificio de la vega lleva sospechosamente la firma del clan Peñalver, en este caso del hermano, el PERI para hacer viable la construcción lo firma el arquitecto Zafra, socio del clan y de la Sra. De Peñalver al igual que el aparcamiento subterráneo y todos los informes favorables son como es de suponer de J. Peñalver jr.

SEGUIMOS ADELANTE
Aun así, lo que más quebraderos de cabeza le trae a Berberena y a Guerra son los recursos que los Muñoces propietarios de la Finca Lo Navarro, tienen interpuestos contra todas las actuaciones y actos administrativos realizados por Nueva Condomina. Los recursos contencioso-administrativo muy bien llevados por el abogado Martínez Escribano y el arquitecto De La Villa tenían muchas probabilidades de prosperar y más aun tras el informe de los peritos judiciales, los arquitectos García Herrero, Pardo Prefasi y Checa Andrés. La situación era desesperada, porque de prosperar se habría venido abajo no solo el asunto Nueva Condomina sino todos los convenios urbanísticos de la zona Norte del Cabezo-Churra-Esparragal, tan desesperada que La Gerencia se ve obligada a pactar con los propietarios y representantes de Lo Navarro, la retirada de los contenciosos a cambio del incremento del aprovechamiento urbanístico, incremento de aprovechamiento que no tenía parangón en el PGOU ni estaba previsto en el mismo, 1 m2/m2 formula que también se emplea en Joven Futura, el caso es que este incremento de aprovechamiento supuso unas plusvalías para Lo Navarro del orden de 15.000 millones de pesetas, si cerca de 100 millones de euros. Naturalmente De la Villa que hasta entonces había sido tremendamente crítico con el PGOU, se cambia de bando y Martínez Escribano que también era el abogado y asesor jurídico del Colegio de Arquitectos tiene que abandonar su puesto, ante el anuncio del Colegio de Arquitectos de recurrir por la vía contencioso-administrativa los desmanes del PGOU y el Ayuntamiento de Murcia, la situación de Martínez Escribano era realmente incomoda, no les iba a llevar los pleitos a los arquitectos después de haberse achantado ante el Ayuntamiento en un asunto que estaba en el meollo de la cuestión. Era evidente que las sustanciosas plusvalías conseguidas daban para muchos honorarios profesionales como para renunciar a ellos y mantenerse en el bando malo, el de los perdedores hasta ahora.

La retirada del contencioso de Lo Navarro aliviaba a La Gerencia pero no resolvía el problema en su totalidad, aliviaba hasta el punto que se desbloquearon todos los convenios urbanísticos que estaban en marcha, pero quedaban pendientes los contenciosos del Colegio de Arquitectos, contenciosos que más que por el fondo de la cuestión, que iba a ir para largo, preocupaban en sus aspectos formales, por todo lo que se contaba en los mismos y la trama cuasi conspirativa montada entre La Gerencia y Urbanismo de la CARM para dar cobertura legal a los desmadres e inventos urbanísticos ideados por La Gerencia y sus dirigentes.

Tan preocupante era el asunto, que el bueno de Berberena tuvo que visitar mas de una vez al Decano de los arquitectos, Jesús Carballal que agonizaba en su lecho de muerte en un hospital de Madrid, para convencerle de que retirara los contenciosos e incluso ofreciendo no se sabe que contrapartidas a cambio hasta el punto de que Carballal estuvo a punto de claudicar. Muerto Carballal, el decano sustituto Pacho Camino mantuvo la política del fallecido y los contenciosos se mantienen en pie hasta la fecha, a no ser que la reciente llegada de García Herrero, Pardo Prefasi y otros a la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos, auspiciada por la facción derechona y opusina del colectivo de arquitectos que más se han beneficiado de la política urbanística de La Gerencia, se achante también y retire los contenciosos señalados. Será la prueba del algodón para el repetido nuevo decano de los arquitectos.

Volviendo a La Gerencia, Peñalver jr, era presa fácil en manos de hábiles conseguidores entre los que se encontraba el inefable López Rejas, que para iniciar el asalto a proyectos como la Paz y otros varios lo primero que hace es asociarse con la Sra. de Peñalver, Sandra de la Puente y empezar a encargar sus proyectos a la familia y socios del clan Peñalver. López Rejas, a veces actúa solo, en defensa de sus intereses como promotor inmobiliario o como gestor y promotor del Polígono de La Paz y otras veces se asocia con terceros para conseguir sus fines.

Tan claro lo tenía que tener López Rejas que se asocia hasta con Quique Pina en el Ciudad de Murcia, proponiendo la reclasificación de terrenos e incluso ofreciendo sus servicios para conseguir aumentos de aprovechamiento a cambio de una módica comisión del 25%. Muy seguro tenía que estar de lograr sus objetivos como para ofrecer sus servicios y claro su sociedad con Sandra de la Puente le garantizaba el éxito en la Gerencia.

Lo de La Paz era algo bastante más gordo y para ello no bastaba el Ayuntamiento y el clan Peñalver, era necesaria también la colaboración de la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, no ya porque era la encargada de reclasificar y bendecir las fechorías urbanísticas, sino porque el Instituto de la Vivienda y Suelo dependiente de la Consejería era el órgano administrador del Polígono de la Paz. Allí estaban Bascuñana y Leopoldo Navarro prestos a adjudicar casas y hacer escrituras a toda persona que enviara López Rejas. La intervención del alcalde Cámara y el PP no puede ser interpretada mas que como puro clientelismo, barrer votos en el barrio más proletario y lumpen de la ciudad, patrocinando uno de los más grandes disparates urbanísticos jamás realizados en España y que a buen seguro será objeto de futuras tesis doctórales junto a la reclasificación de Joven Futura.

La idea inicial de regenerar el barrio de la Paz era del Colegio de Arquitectos y del decano Carballal que en conversaciones con el Ayuntamiento proponía un concurso entre arquitectos para el diseño y otro entre empresarios para la gestión y ejecución. Carballal cumplió su palabra pero López Rejas representante y presidente de la Asociación de promotores, ni corto ni perezoso capitalizó la idea en su propio beneficio pasando de arquitectos y de sus propios asociados, solo él, con la inestimable colaboración de su socio consorte Peñalver, podía trajinarse un proyecto así en el Ayuntamiento donde cuadruplicaba el aprovechamiento urbanístico pasando de 1.500 viviendas de 45 m2 a 3.000 viviendas de 90 m2. Pelotazo de primera.

TITO LOPEZ REJAS
Para ello previamente López Rejas tuvo que preparar el terreno y junto con su socia Sandra de la Puente en Septiembre 97, montan una nueva sociedad en la que ya entran todos los que pudieran sentirse engañados, una especie de premio de consolación, se trataba de Nueva Vivienda Joven, una sociedad para hacerle la competencia a Berberena y los Zamora de Joven Futura y dar entrada a la junta de la Asociación de Promotores que presidía. En esta sociedad entra toda la directiva de los promotores-constructores y algunos más, Cajamurcia, García Caballero, Belando, López Rejas y otros además de Bascuñana y Leopoldo Navarro por medio del Instituto de Vivienda y Suelo, Instituto que de la noche a la mañana y sin modificar sus estatutos se convierte en una entidad con ánimo de lucro y aporta el 10% del capital social. Es significativo a este respecto, como el Instituto a partir de esa fecha no solo cesa prácticamente en su actividad promotora y deja de promover viviendas de promoción pública, sino que vende solares públicos a alguno de sus nuevos socios, en algún caso por debajo del valor de adquisición, para que promuevan ellos.

Nueva Vivienda Joven adquiere terrenos en Sangonera la Verde para su gran promoción de 1.300 viviendas para jóvenes, donde por cierto hasta la fecha no se ha construido nada, pese a la gran presentación que del proyecto se hizo en su día en la Consejería de Obras Públicas con proyectos realizados por el arquitecto Jesús Zafra (Famu S.L.) que había entrado a formar parte del clan Peñalver como veremos posteriormente. Sería interesante investigar quien corrió con los costes.

López Rejas se había embarcado en dos proyectos imposibles que le llevarán a la ruina de la mano de Peñalver, La Paz y Nueva Vivienda Joven, pero el clan no era el único beneficiario del pastel, había tanta tarta a repartir que el clan se ve obligado a compartir planes, proyectos, compraventas y comisiones de terrenos reclasificados, con Famu SL de la que son socios el arquitecto J. Zafra y el Ingeniero Renato dal Noce, que son los encargados de los grandes proyectos urbanísticos de la zona norte de Murcia, del campo de Murcia, zona de Sucina, Gea y Truyols y Baños y Mendigo y otros muchos más.

Casi nadie puede resistirse a las presiones del clan y Famu SL copa los grandes proyectos residenciales y resort del municipio, las presiones deben de ser de tal orden que hasta las grandes promotoras que disponen de su propio staff técnico, como es el caso de Profusa tienen que claudicar y encargar sus proyectos a Famu SL, de esta presión se salva casualmente Polaris gracias al apadrinamiento de su socio S. Carrillo con el que no se atreven.

La entrada de Zafra y Renato en el clan Peñalver se produce de forma obligada, porque alguien de “mas arriba” en el escalafón de La Gerencia también reclama su parte. Y de ello se encarga el hábil abogado Higinio Pérez Mateos que se trajina el PGOU, sus aprovechamientos urbanísticos, adscripciones de sistemas generales, reclasificaciones y otras menudencias, como nadie, un lince haciendo cuentas e interpretando torticeramente el PGOU, siempre a favor del mayor aprovechamiento posible, consigue gracias a su gracia y a algún societe de por ahí arriba que donde el plan prevé que se hagan 9 viviendas por hectárea (0.09 m2/m2) se acaben haciendo 55 viv/Ha (0.55 m2/m2) es decir seis veces más ¡ya hay que ser listo, verdad!

TITO HIGINIO
Higinio es el verdadero cerebro más o menos en la sombra de todo el cotarro y de los convenios urbanísticos, con Renato como peón de brega o avanzadilla en materia de convenios y demás artes del convencimiento y manipulación, y Zafra como artista técnico que materializa las propuestas. Higinio que desde tiempo inmemorial ya había tonteado con La Gerencia montando sociedad incluso con el anterior gerente Vicente Garaulet (Libertad 6) se asocia también con Renato dal Noce en (Cantalar Promociones) mientras que Renato y Zafra se asocian en (Famu SL) y en (Urbasa Mediterránea y Mursiya Golf) con Sandra de la Puente donde compran y venden al día siguiente, unos terrenillos forestales que previamente recalificados por el consorte Peñalver le reportan pingües beneficios, plusvalías que dirían los hermanos Marx. Y todo ello sin que se enteren en la Gerencia ni en el Ayuntamiento ¡Vamos anda! cientos de millones de euros pasando por delante de las narices de unos y otros sin que se enteren!.

La presencia del tandem Higinio-Renato-Zafra se hace omnipresente a lo largo y ancho del territorio municipal y territorios vecinos, allá donde halla algo raro que recalificar, modificar o interpretar urbanísticamente, allí están, incluso tras la caída de Peñalver jr. de La Gerencia los cimientos de esta se remueven en casos como los de los planes para construir en la falda del Santuario de la Fuensanta que promueve Higinio con otros socios tapadera, proyecta Zafra e informa Peñalver o el último que se avecina como es la recalificación del Centro de Ocio Zig-Zag.

Lo dicho, una Gerencia que parece todo un cúmulo de virtudes y eso que no hemos hablado de los segundos escalones, los ingenieros jefes de servicios, los que ejercen un férreo control sobre todo lo que se mueva en materia de infraestructuras, tanto desde lo público como desde lo privado. Pero eso es harina de otro costal de la que nos ocuparemos en otro capítulo, otro montaje consentido por la Gerencia a cambio de que le firmen todo lo que le echen, como por ejemplo los planes especiales de infraestructuras del ensanche norte o del campo de Murcia, documentos infumables e incompetentes para justificar actuaciones injustificables e inconfesables que pretenden dar cobertura técnico-jurídica a las decenas de resort y nuevas urbanizaciones desprovistas de la más mínima estructura urbana y territorial, con unos presupuestos inviables que harían temblar hasta al propio Gallardón.

Además podemos recordar esto otro que ya publicó igualmente la prensa:

El alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, declaró días atrás en el programa El Debate de Canal 6, a preguntas de Joaquín García Cruz, que el Ayuntamiento de Murcia no había recalificado los terrenos de Nueva Condomina para hacerlos urbanizables y construir viviendas. Cámara negaba de esta forma que se hubiera favorecido en este proceso a Jesús Samper. Pero eso depende de qué hito urbanístico se esté considerando, en paralelo a los planes de Samper, Trujillo y Romeu.

Hubo recalificación. El anterior Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) catalogaba los terrenos situados al norte de la autovía de Alicante como suelo no programado, según explica ahora la propia Gerencia de Urbanismo. Posteriormente, el avance del nuevo PGOU los consideraba agrícolas y con usos industriales, ya que el Polígono de Cabezo Cortao estaba cerca y había granjas porcinas. En la aprobación inicial del PGOU seguían como industriales. Finalmente, cuando Obras Públicas aprobó definitivamente el PGOU el 31 de enero del 2001, los terrenos de Nueva Condomina, junto a otros cuatro desarrollos de la zona, pasaron a ser suelo urbanizable. Todo hasta sumar 9 millones de metros repartidos en cinco sectores. Altorreal quedaba encima y era preferible darle un perfil homogéneo, según la Gerencia.

¿Cuál fue la secuencia? Año y medio antes de aprobarse el plan urbano se firmó el Protocolo entre el alcalde y el presidente del Real Murcia, Joaquín Romeu. Y cuatro meses después del Plan se firmó el convenio con Samper, donde ya se especificaba la localización de Nueva Condomina al norte de la autovía A7. Entre medias, trece meses antes de aprobarse el PGOU Samper y sus socios ya habían comprado los 800.000 m2 de La Ladera a precio agrícola, según los antiguos dueños. Estos últimos y el PSOE denunciaron que los dueños del Real Murcia habían manejado información privilegiada.

El alcalde declaró semanas antes de aprobarse el convenio con Samper que el cambio de uso de los terrenos, de industrial a residencial, «se decidió en el verano de 1999, cuando aún no conocíamos su proyecto, que presentaron a finales de año». Ese verano, el 12 de julio, fue cuando se firmó el Protocolo Marco.

LA COSECHA DE LIMONES
Un mes después de la firma del convenio, medio centenar de propietarios de la urbanización La Ladera, en Churra, presentaron una querella por presunta estafa contra representantes de la mercantil Citrovida, miembros de la junta rectora de la cooperativa y contra Jesús Samper. Éste tuvo que suspender un viaje a Corea para prestar declaración y negar que hubiera manejado información privilegiada cuando Sport Management compró los terrenos, sabiendo de antemano que iban a ser recalificados como urbanizables. «Acudimos a una subasta pública e hicimos la mejor oferta», manifestó sobre una finca que había multiplicado por 30 su valor una vez que cambió de uso. Sport Management hasta se permitió regalar la cosecha de limones que estaba floreciendo cuando se hizo la operación.
En resumen, los denunciantes creyeron que Samper pagó unos 600 millones de pesetas por unos terrenos cuyo precio había crecido hasta los 12.000 millones. Samper ganó en los tribunales.

DE LA MANO DE CASCALES
El Ayuntamiento siempre ha estado a la defensiva con la recalificación del suelo en el norte de la ciudad, donde se asientan Nueva Codnomina y otros cuatro desarrollos para levantar más de 20.000 viviendas. El equipo de Cámara exhibe a menudo dos sentencias que le dan la razón en el sistema empleado en la reordenación de esos 9 millones de m2 (2,1 millones son de Samper, sus socios y otros propietarios), y para demostrar que no ha existido pelotazo ni trato de favor a los propietarios con un suculento aprovechamiento residencial.
El grupo municipal del PP no se priva de mostrar las actas del Pleno que aprobó en mayo del 2001 el plan parcial de Nueva Condomina con los votos favorables del PSOE, entonces capitaneado por José Salvador Fuentes Zorita, presidente ahora de la Confederación Hidrográfica del Segura. Así pues, fue una especie de Fuenteovejuna, ya que el convenio, la molla del negocio de Samper, tenía los parabienes de populares y socialistas.

«Ya le gustaría que todas las operaciones que se están desarrollando o se van a desarrollar lo sean con la transparencia de ésta y que aportaran un beneficio que supusiera la mitad de lo que aporta esta operación». «Lo que recibe el Ayuntamiento es más del doble de lo que recibiría aplicando el aprovachemiento legal», dijo Fuentes Zorita. El PSOE, posteriormente, votó en contra del proyecto de reparcelación al considerar que el Ayuntamiento salía perdiendo.
Año y medio antes de la aprobación del convenio, Fuentes Zorita denunció el oscurantismo en el que se movía el equipo de Gobierno a resultas del Protocolo firmado entre el alcalde y el presidente del Real Murcia, trufado con la disputa de los concejales de Urbanismo y Deportes, Ginés Navarro y Miguel Cascales. Este último ha sido firme defensor del proyecto de Samper. Cascales se atribuyó competencias de Navarro, que a partir de ahí empezó a declinar. No era inusual, ya que la semana pasada el concejal de Deportes declaró a La Verdad que «ya no habrá más convenios urbanísticos». «La persona que esté interesada en comprar el Real Murcia tendrá que venir con una parte del dinero por delante», dijo . Una aseveración que explica muchas de las cosas que han sucedido en los últimos diez años, en los que ha operado cierto chantaje emocional con los colores del club de fútbol cada vez que hacía falta ejercer la presión necesaria.

INFLUENCIAS Y AYUDAS
Los episodios públicos en los que Samper recibió apoyos decisivos del Ayuntamiento y del Gobierno regional están en la firma del Protocolo Marco, que daba carta blanca para obtener los aprovechamientos urbanísticos necesarios; en la decisión de que fueran las empresas de Samper, y no otras, las que construyeran el estadio; en el propio convenio urbanístico que otorgaba jugosos coeficientes de edificabilidad, y las consiguientes tajadas de parcelas, a cambio del estadio y un campo de golf; en la cesión del 10% de suelo que Samper quiso ahorrarse; y en la concesión a Eroski de los metros cuadrados necesarios para instalar el supermercado. Sin Eroski, parte del proyecto se caía. Todo eso al margen de las idas y venidas por despachos públicos y privados.

EDIFICAR POR CUATRO
El convenio urbanístico, en su punto octavo, señalaba que en la alternativa A «el índice de edificabilidad máximo es de 0,09 m2/m2 aplicable a todos los terrenos incluidos en el ámbito de actuación. En cambio en la alternativa B se permite en el área residencial un índice de 0,4 m2/m2, pero ello como contraprestación por el coste de la construcción y entrega de la propiedad al Ayuntamiento de un gran sistema geneal deportivo o de ocio y recreo de importancia metropolitana...». Poco más hay que añadir, salvo que el Ayuntamiento consideró «plenamente justificado» que se multiplicara por más de cuatro el volumen de edificabilidad residencial en la zona. Es decir, a cambio del estadio y de un campo de golf aún sin construir, Samper conseguía la recalifición de unos terrenos que había comprado a precio de rústicos, y además lograba que se cuadruplicara el número metros edificables.
En el tira y afloja que se produjo con motivo de la entrega de la fianza de 4.500 millones de pesetas para construir el campo de fútbol, Cámara llegó a afirmar en diciembre del 2002 que Samper podía urbanizar aunque no se construyera el estadio, al destacar que el desarrollo urbanístico y el campo de fútbol «eran cuestiones distintas».

El alcalde se jugaba mucho políticamente con el convenio de Samper. La séptima ciudad española tendría un estadio nuevo para reemplazar a la ruinosa Condomina y un centro comercial adyacente de primer orden al que ya le estaba saliendo un duro competidor de la mano de Metrovacesa. El equipo municipal de Gobierno siempre ha sostenido que el convenio de Nueva Condomina fue apoyado en Pleno por el PSOE, lo que considera una prueba de que hubo transparencia.

EROSKI SE PLANTA
Cámara apostó fuerte por Nueva Condomina y su órdago llegó hasta algunos despachos del Gobierno regional cuando Eroski anunció en mayo del 2003 que dejaba el proyecto porque la Dirección General de Comercio no le había concedido los 12.000 m2 que necesitaba. Sólo le otorgaba 4.000 en función de las cuotas de mercado. Eroski era una de las principales locomotoras del proyecto de Samper.
El grupo vasco presentó un recurso 48 horas antes de que el Real Murcia ascendiera a Primera División. El Gobierno regional, a través de la Consejería de Industria y Nuevas Tecnología, que dirigía Patricio Valverde, tenía la patata caliente y finalmente estimó parcialmente el recurso de Eroski y le concedió hasta 10.000 m2.

Cuatro mil los perdió la competidora Metrovacesa porque la firma Conforama había agotado el tiempo para instalarse. El resto se sacó del aumento del ratio comercial vinculado a la población de la zona, según explicó la Consejería de Valverde. Las vueltas que da la vida: el ex consejero de Industria es ahora el máximo responsable de Iberdrola en la Región, cuya filial inmobiliaria Apex compró un tercio de todo el suelo residencial de Nueva Condomina.

En el Gobierno de Valcárcel hubo sus más y sus menos y sentó fatal este pressing de Eroski, hasta el punto de que en un despacho se escuchó la siguiente frase: «Ningún consejero irá a la cárcel por culpa de este proyecto». Valcárcel no veía con simpatía los movimientos de Samper y sus acompañantes. Pese a ser del mismo partido, en el Ejecutivo regional criticaron la actitud poco exigente de algunos cargos municipales hacia Samper, que no tenía empacho en incumplir los plazos marcados por el Ayuntamiento para construir el estadio.

¿EL PELOTAZO DEL 10%?
Resulta llamativo que el alcalde, aparentemente, no estuviera al corriente de los últimos movimientos de Samper y Trujillo de dejar la presidencia del Real Murcia y anunciar la suspensión de pagos. Lo normal es que Cámara hubiera sido avisado de antemano por ambos de unas decisiones de tanto calado. Pero también entra dentro de lo probable que ambos socios hubieran actuado sin la debida cortesía debido a unas relaciones deterioradas y muy enfriadas por la disputa judicial sobre el 10% de la cesión de terrenos que no hicieron al municipio.

Samper y Trujillo tienen que devolver ahor al Ayuntamiento 58.000 m2 en virtud de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, después ratificada por el Supremo. Los dos socios han sostenido que el municipio vería compensado ese 10% con la construcción del estadio y del campo de golf. y creen que ése era el acuerdo. Los jueces dictaminaron que ambas instalaciones no tenían nada que ver en ese cómputo.
Además de recurrir al Constitucional, Samper y Trujillo han reclamado ahora al Ayuntamiento 25 millones de euros argumentando que el estadio costó casi el doble de lo previsto: 51,4 millones en lugar de 27,1. Para ello, proponen modificar el convenio urbanístico del 2001. De esta forma tratan de dar comido por servido: los 58.000 metros que deben devolver están valorados en unos 18 millones de euros por los técnicos municipales, frente a los 25 millones que éstos reclaman ahora.

LA 'VENGANZA' DE METROVACESA
Metrovacesa, la empresa propietaria del centro comercial Thader, fue la que denunció ante los tribunales que no se había cumplido la cesión del 10% de suelo a favor del Ayuntamiento en parcelas o en indemnizaciones económicas.
Metrovacesa alegó que esa parte del convenio causaba un perjuicio a los intereses generales de Murcia y ganó la partida. El Ayuntamiento dudó al principio en reclamar esos terrenos. El presidente del Real Murcia y de Sport Management llegó a afirmar que el alcalde iba a apoyar su recurso, cosa que finalmente no hizo. La denuncia de Metrovacesa tiene su miga, ya que vió cómo el Gobierno regional le quitaba 4.000 m2 de su complejo comercial para transferirlos a Nueva Condomina y facilitar la instalación de Eroski, competidor a su vez de Alcampo. Asimismo, Metrovacesa se había interesado en construir el estadio en unos terrenos catalogados para uso deportivo y más cerca de la ciudad. Cámara declaró en el 2001 que se había reunido más veces con los representantes de Metrovacesa que con los de Santa Mónica, a los que había remitido a los técnicos municipales. Negó que estuviera dando un trato de favor a Samper frente a sus competidores, que también proponían construir el estadio. La cuestión es que Samper y sus socios llevaban una ventaja de casi dos años.

LA CAÍDA DE GINÉS NAVARRO
Los planes de Samper se llevaron por delante al concejal de Urbanismo, Ginés Navarro. Éste compartió con Cámara cuatro años en la oposición y ocho en el equipo de gobierno municipal. Cayó en desgracia a finales de 1999, cuando Samper presentó sus planes, que había pactado previamente con el alcalde. Navarro se mostró partidario de abrir un concurso público para construir Nueva Condomina y darle la máxima transparencia al proyecto. En mayo del 2003 le despidieron.

Fuentes: Laverdad.es la opiniondemurcia.es y foro ciudadano.

1 comentario:

isidoro dijo...

Muy bien el articulo Julio, bien documentado y bastante fidedigno. Lo comparto en Facebook si no te importa.